Del jardín de mis canciones
estas décimas brotaron
y mis versos las regaron
con supremas atenciones.
No caí en las tentaciones
del verso que se hace espuma
en los labios y rezuma
sólo ignorancia, desdicha,
coprolalia y se encapricha
con hedor que no perfuma.
Y no perfuma, pues tiene
poco nivel cultural,
y no parece banal
porque a la gente entretiene.
Ello en el ser deviene
por no sembrar la lectura
en la infancia que es tan pura
y absorbente del saber;
para quien no ha de leer
el decimear es la cura.
El verso inicial ha sido tomado de un repentista Peruano. Ergo, estas décimas son parte del juego de seguir la cadena en el repentismo.
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