LA DEJÓ EN EL ALTAR





Habiéndola dejado en el altar
la dama caminó desesperada,
su velo desfilaba en la calzada,
sus manos no dejaban de temblar.

El pecho le empezaba a palpitar,
la gente se mostraba consternada,
la madre de la novia, desmayada,
el cura ya empezaba a murmurar

'Le digo yo a esta juventud de ahora,
que ven al matrimonio como un juego,
me apena que se vistan con el ego.

Parece que el casarse es un talego,
talego sin la entrada de la aurora,
que poco a poco ya no se valora.'

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