No hay descanso para el vate
ni cuando duerme siquiera,
y se luce en la ribera
del ensueño sin dislate.
No hay verso que no retrate
la pasión naciendo en vera
del poema que es quimera
en céfiro y en embate.
De los versos arreboles
se apoderan de la mente,
y se enciende como soles
de llamarada latente,
¡ay del verso y sus bemoles!
¡ay del verso y su simiente!
Escritor y El Hada Verde - Alejandro R.B.
BIENVENIDOS SEAN LOS COMENTARIOS, CONTRAPUNTOS Y SUGERENCIAS. POR TU ATENCIÓN, GRACIAS
Un placer visitar tu blog Pietro Igarza
ResponderEliminarMuchas gracias, Nelly! Qué gusto me da tenerte por aquí. 🌷
Eliminar