TOMÁS EL APÓSTOL




Palpando sus costados le creí
que vida renacía en sus albores,
cargando sin la cruz esos dolores
que laten en la tierra en frenesí.

Mi mundo se volvió tan baladí
'al ver para creer' cuando son flores
las huellas que dejaron sus colores
andando, predicando y yo lo vi.

Tomás, así me llaman por el mundo,
gemelo en arameo ese es mi nombre,
caí en un tormento tan profundo,

mas tuve a ese perdón que dan al hombre
al ir con la palabra, pues difundo
la vida que es eterna, ¡no se asombre!

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