muerte tras el hedor que se respira
de nuestro amor que hoy, difuso, vierte
insania y en pretérito delira.
Se expande, se contrae y se retira
el amor y sin pena se convierte
en evasión y con la hiel conspira
para darle al recuerdo un suelo inerte.
¿Vida quieres de mí? yo te pregunto,
¿vida quieres de mí?¿estás segura?
¿vida quieres de mí?¡hay un difunto!
y es nuestro amor que lleva en su figura
huesos, pútrida carne y el presunto
autor del crimen es una aventura.
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Aclaración: La frase «te doy la muerte» hace referencia al fin de la relación amorosa. No es apología al delito.
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