En el pequeño enorme navío de tus silencios
navego inmerso fiel a la distancia,
¡las olas suspiran!
¡se oyen cantos de sirenas!
siento el calor de tus gélidas aguas.
Y en incansable agotamiento te observo
a través de una ceguera que alumbra mis sueños,
sueños que se desvisten aún estando desnudos
porque son sueños, mas sueños lúcidos.
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