CANDILES FULGURANTES



El resplandor que nace en tus ojos
sólo a centellas fugaces se iguala,
entre el clamor del rocío señala
quintaesencia sumida en despojos.

¡No! no evites del cielo los sonrojos
no dejes fluir la noche que se instala
en fuego que devora cuando exhala
tu alma siendo presa entre cerrojos.

Quizá la puerta que a ti conduzca
se encuentre, como tus labios, sellada
mas habrá llave exacta que produzca

el despertar de tu senda ansiada
y dejará que tu alma se luzca
en el fulgor de tu bella mirada.

0 comentarios:

Publicar un comentario