En el azul de tus luceros
me sumerjo,
y al ver la luz en ellos
me adentro en tu mirar.
Son barcas de mirada que penetra
la piel, el corazón, penas y el alma;
son barcas que navegan en mis labios
buscando el estío donde amar.
Has detenido la furia de tus aguas
al verme cual espejo de tu rostro;
has detenido las marejadas
de odio y de desdicha,
y ha vuelto en el nadir tu remanso.
No llores, vida mía, que si lloras
se inunda nuestro amor
de dulces lágrimas,
que, una a una, tendré que recoger
con finos besos.
No llores el amor que ciego siente
los matices del alma en claroscuro,
no llores, vida mía, por siniestra
que luego al recordar en esa lágrima
habrá sólo congoja por el llanto,
habrá sólo dolor
arrinconado en tu mirar de piedra,
y al recordar las manos
que un día se mostraron siendo una
el espejo en pedazos
querrá recomponer nuestro pasado.
me sumerjo,
y al ver la luz en ellos
me adentro en tu mirar.
Son barcas de mirada que penetra
la piel, el corazón, penas y el alma;
son barcas que navegan en mis labios
buscando el estío donde amar.
Has detenido la furia de tus aguas
al verme cual espejo de tu rostro;
has detenido las marejadas
de odio y de desdicha,
y ha vuelto en el nadir tu remanso.
No llores, vida mía, que si lloras
se inunda nuestro amor
de dulces lágrimas,
que, una a una, tendré que recoger
con finos besos.
No llores el amor que ciego siente
los matices del alma en claroscuro,
no llores, vida mía, por siniestra
que luego al recordar en esa lágrima
habrá sólo congoja por el llanto,
habrá sólo dolor
arrinconado en tu mirar de piedra,
y al recordar las manos
que un día se mostraron siendo una
el espejo en pedazos
querrá recomponer nuestro pasado.
BIENVENIDOS SEAN LOS COMENTARIOS, CONTRAPUNTOS Y SUGERENCIAS. POR TU ATENCIÓN, GRACIAS
0 comentarios:
Publicar un comentario