La luna respira sus cabellos al viento
y las estrellas, frutos del árbol,
titilan en sus manos.
Ensimismada queda observando destellos
de caminos trazados,
de senderos de fuego.
Es la dama noche
que se cobija en el fuero interno
de sus alegrías.
y las estrellas, frutos del árbol,
titilan en sus manos.
Ensimismada queda observando destellos
de caminos trazados,
de senderos de fuego.
Es la dama noche
que se cobija en el fuero interno
de sus alegrías.
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