RIMA XXV




¡Arcangel, en qué suspendes tu luz!
sino en el clamor de las brumas,
los cuervos están al acecho
de tus gotas de lluvia,
del batir de tus alas
y del candor de tus lunas.
Quizá en los pasos de piedra
ligeras tumbas se yerguen
mas tu candil no se extingue
ni cuando tus alas mueren.

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