Hace mares tan bravíos tu mirada
que tus pupilas,
barcas sin dueño,
en tus lamentos se hunden;
No hay lunas reflejadas en tus ojos
ni estrellas caminando por sus orillas
sólo sal brota
y descansa en el canto de la brisa.
Extensión:
Aquel mirar de tristes aguas jade
solloza en el espejo de la luna,
el tiempo es el dolor que inoportuna
cuando alguna ilusión el alma invade.
Dolores que se esconden en los ojos,
aterrados dolores tiritando,
trémulos, no descansan y surcando,
surcando van los ríos muertos, rojos.
Se aferran los dolores a la vida
como si el suave beso de la muerte
al alma la dejase desvalida.
Se aferran y la esencia se pervierte,
y la desolación tan compungida:
por dentro es el dolor; por fuera, fuerte.
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